TRASTORNOS ALIMENTARIOS

Los trastornos alimentarios afectan una de las actividades más fundamentales y gozosas de los seres humanos: comer es indispensable para el bienestar, el rendimiento físico y mental, el contacto social y, finalmente, para la supervivencia. Todas estas áreas vitales se ven afectadas cuando existe un trastorno alimentario. Desde los albores de la humanidad, las personas se reúnen para comer en compañía. Sin embargo, las personas que sufren de trastornos alimentarios justamente tienen dificultades para compartir comiendo y evitan situaciones en que alguien les pueda ofrecen comida. Comer es habitualmente una de las actividades de las que más disfrutan las personas, pero las que sufren de trastornos alimentarios en general no sienten placer, sino presión, pérdida del control o deseo incontrolable. En resumen, los trastornos alimentarios no sólo afectan la actividad fundamental del alimentarse, sino también la capacidad de disfrutar, el contacto social, el rendimiento mental y físico y muchos otros aspectos.

A primera vista, los diferentes trastornos alimentarios se diferencian bastante entre sí, pero el sufrimiento que hay detrás es muy similar para todos. La meta para cualquiera de ellos es la misma: lograr que el alimentarse recupere la importancia evidente, pero no determinante, en la vida de la persona; que pueda comer relajado/a y disfrutando; comer lo suficiente, pero no demasiado; permitirse comer y hacerlo en compañía.

Lo que tienen en común todos los trastornos alimentarios es que el alimentarse tiene constantemente ocupados los pensamientos y las emociones de la persona afectada. Esto se puede expresar a través de la restricción en la ingesta de alimentos (anorexia nerviosa), en la ingesta excesiva de alimento (obesidad) o en la presencia de atracones (bulimia y binge eating o trastorno por atracón).


Causas de los trastorno alimentarios

Los trastornos alimentarios son multifactoriales, es decir, surgen por la compleja conjunción de múltiples factores. Debido a esto, ni la persona afectada ni sus familiares o parejas deberían culparse de la aparición de un trastorno alimentario, porque además ocuparse de buscar al culpable no ayuda al proceso de recuperación. Algunos factores ya no se pueden modificar, pero para la terapia de la persona afectada es importante comprender el origen de la enfermedad y así poder influir positivamente los factores modificables.


Algunas causas posibles son:
• Causas biológicas : disposición genética, influencia de determinadas hormonas y/o neurotransmisores, el peso individual está determinado genéticamente.
• Causas individuales: baja autoestima, elevado perfeccionismo, elevada autoexigencia, elevada necesidad de control, baja capacidad para resolver conflictos, experiencias traumáticas, tales como abuso sexual, dificultad para manejar el estrés, problemas de alimentación o sobrepeso en la niñez.
• Causas familiares: trastorno alimentario u otra enfermedad mental en uno de los padres, falta de modelos positivos en relación a la conducta alimentaria o la figura, falta de tradición de debate, represión de las emociones negativas, exceso de responsabilidades para el niño (por ejemplo, después de una separación de los padres), proceso de emancipación problemático ( por ejemplo, exceso de control de los padres sobre el hijo)
• Causas socioculturales: Ideal de belleza imperante difundido por los medios, Abordar el tema de la comida, la figura, el peso y la apariencia entre pares, Compararse, el hostigamiento y los comentarios negativos entre pares

Tratamiento

Muchas personas que sufren de trastornos alimentarios tienen la esperanza de poder controlar solas su trastorno. Sin embargo, es un hecho que a la base de los trastornos alimentarios generalmente hay causas psíquicas que se deben tratar a través de psicoterapia. De no recibir tratamiento, es altamente probable que el trastorno se vuelva crónico y regrese después de períodos asintomáticos. Sólo los afectados mismos pueden decidir si quieren superar el trastorno alimentario. Esta decisión es una condición importante para el éxito de la terapia.

Componentes de la terapia

Debido a que los trastornos alimentarios son multicausales y afectan distintas áreas vitales, casi siempre es necesaria la intervención de un equipo multidisciplinario.

Al tratarse de una enfermedad con consecuencias físicas, habitualmente es necesaria la asistencia de un médico familiar o internista. La psicoterapia aborda los síntomas del trastorno alimentario (vómitos, ayuno, atracones, etc.) , otras dificultades psíquicas (autoestima, integración social, etc.) y también permite determinar las causas, así como los beneficios obtenidos, que siempre existen junto a todas las consecuencias negativas. Si los afectados aprenden a lograr estos beneficios de manera sana y libre de síntomas, se puede restablecer el equilibrio psíquico. La intervención de un/una nutricionista entrega información sobre alimentación adecuada y trabaja en la integración de alimentos “prohibidos”. Los estudios demuestran que la terapia cognitivo conductual y la psicoterapia profunda junto con terapia familiar y terapia ocupacional obtienen los mejores resultados